GERMANDAT DE SANT SEBASTIÀ, MPS

HISTORIA DE LA GERMANDAT

  

   El documento más antiguo que se ha encontrado de la Germandat de Sant Sebastià es del año 1860. Son unos estatutos que regulan el funcionamiento de la mutualidad como entidad de ayuda a las familias, creada para que en caso de enfermedad tuviesen un pequeño auxilio que les ayudase a paliar la falta de ingresos. Probablemente su creación estuviese motivada a consecuencia de los episodios de peste que asolaron buena parte de la población. La enfermedad epidémica más importante del siglo XIX fue el cólera en los años 1834, 1854 i 1865, que causaron verdaderos estragos en las familias. A falta de recursos médicos adecuados para parar aquel grave azote, a menudo se recurría a un determinado santo Patrón para que apaciguase la ira de Dios que castigaba al pueblo pecador. Las procesiones y rituales públicos proliferaron y las rogativas de expiación a determinados santos motivaron la creencia que la imagen venerada había frenado la grave epidemia. A partir de aquí surgieron diversas cofradías religiosas, al entorno de les cuales y siempre bajo la advocación de un santo patrón salvador de epidemias y otras adversidades, se empezaron a fomentar obras

 

 

 

 

Cervelló 2009

 de caridad hacia los más afligidos. Puede que de esta manera, pues, en Cervelló surgiesen diversas agrupaciones de tipo marcadamente religioso como la Germandat con Sant Sebastian como patrón y la de Sant Isidro. Ambas cofradías ofrecían un subsidio a cada uno de sus asociados en caso de enfermedad o accidente. Gracias a estas agrupaciones de base religiosa, pero con un pleno sentido de espíritu mutualista, hoy aun vigente, la población de Cervelló pudo tener unas personas que hacían de enfermeros y la Germandat de Sant Sebastià aporto la presencia de un médico a la población. En el año 1907 la mutualidad de Sant Isidre se fusionó con la Germandat. De éste mismo período es necesario mencionar otras agrupaciones de carácter más religioso pero también con el mismo sentido de ayuda mutua: la de Sant Esteve, Santa María de Cervelló,

 

 

 

 


Patronato Parroquial

Sant Antoni Abat, la del Sant Crist, Nostra Senyora des Dolors, Sant Antoni de Pàdua y aún la Confraria del Roser, fundada el año 1882. Si bien no eren del todo entidades mutualistas sí que entre sus miembros, habitualmente llamados cofrades, recogían una módica cantidad de dinero que donaban al párroco para que fuese distribuida entre los más necesitados de la parroquia. El año 1865 aún se creó la confraria de la Minerva con las mismas finalidades religiosas. La Germandat de Sant Sebastià jugó un papel muy destacado en la sociedad cervellonina, ya que de medianos de siglo XIX hasta la primera mitad del pasado siglo -hasta el año 1940-, fue de las entidades que tuvo un mayor peso específico en cuanto a las actividades que se llevaban a cabo en el pueblo.

En casi todos los acontecimientos importantes de éste período, la mutualidad era una de las protagonistas, si más no, la que tenia la responsabilidad de organizarlos, como por ejemplo la consagración al culto del templo interino que tuvo lugar el día 20 de enero de 1879, o la colocación de la primera piedra de

 

 

 



Trabajadores de la fábrica del vidrio.

la actual iglesia, también el día 20 de enero de 1896 y finalmente la bendición del nuevo templo que también se celebro el 20 de enero de 1908.

 

 

 

Todos estos acontecimientos se celebraban en la festividad de Sant Sebastià, patrón de la entidad mutualista y en los cuales la Germandat tenía un papel de substancial relevancia. Hasta la desdichada guerra civil española (1936 –1939), por lo tanto durante muchos años, la Germandat se encargaba de organizar la segunda Fiesta Mayor, también llamada Fiesta Mayor de invierno, durante la festividad de Sant Sebastià. Solo razones políticas del momento hicieron relegar la festividad de la Germandat a segundo plano al coincidir la entrada triunfal de los sediciosos llamados “nacionales” el día 24 de enero de 1939. Dada la coincidencia de fechas tan próximas (el día 20 Sant Sebastià y el día 24 la de los “nacionales”),   las

 

 

 

 

 

Trabajando el vidrio

las autoridades de la época optaron por dejar que la celebración de la festividad patronal del día 20 de enero pasase a mejor vida, por qué el que en aquella época importaba era exaltar les excelencias de les gestas triunfalistas de los que habían ganado la contienda. De este modo el día 24 de enero fue declarado “Dia de la Victoria” usurpando, sin ninguna consideración, la tradicional festividad de Sant Sebastià del 20 de enero. 

De tal modo que la celebración del día de la festividad de Sant Sebastià se fue perdiendo y hoy solo hay una pequeña recuperación de lo que había sido la fiesta, más por un sentimiento de nostalgia por lo que había representado para la sociedad cervellonina que por celebrarlo con el antiguo espíritu tradicional. La tradición consistía en contratar una orquesta que antes de celebrar el oficio solemne en la iglesia iba ir a buscar a todos los componentes de la Junta Directiva y en una especie de procesión los acompañaba hasta la iglesia donde el párroco les tenia reservados unas localidades preferentes, junto con todas las autoridades locales.

Trabajando el campo

La solemne celebración estaba acompañada por el coro parroquial y la orquesta. Por la tarde se hacia un baile amenizado por la misma orquesta. La Germandat, pues, en aquel tiempo, además del peso social que tenia en tota la comunidad cervellonina, cumplía la función de socorro mutuo o de seguro mutuo a todos los que entre ellos se llamaban hermanos, es decir, entre todos los asociados. Y la asistencia no se limitaba a un pequeño subsidio económico, sino que a demás cada asociado y por riguroso turno tenía la obligación de velar y asistir cada noche a cualquiera del sus miembros que tuviese una grave enfermedad y, en caso de muerte de un afiliado, seis asociados habían de acompañar al difunto con un cirio cada uno de ellos -unos cirios grandes y gruesos llamados hachones- hasta su última morada.

 

Texto extraído i traducido al castellano del libro “Nocions d’Història de Cervelló” de nuestro socio Josep Llurba i Rigol